31 octubre 2006

Dos años coronada


Repicaba la torre alta con la misma algarabía que un 15 de agosto cuando anuncia su Asunción. Se notaba algo distinto en el aire... Un ambiente festivo y solemne, impropio de un domingo de otoño, rondando las vetustas piedras catedralicias. Por los alrededores y calles cercanas se veía bastante trasiego. Revuelos de mantillas y blondas sobre vestidos de alegre colorido que contrastaba con el luto riguroso que esas mismas llevan en su Jueves santo. Vaivenes de elegantes chaqués querían dar señal de gran acontecimiento. En el interior del templo todo resplandecía preparado a punto, como siempre está para celebrar los grandes hitos de la ciudad. Argento labrado por Laureano de Pina señalaba el lugar escogido. El antiguo palio de Esperanza Elena se despedía por la puerta grande de la Señora. Ella con dominicos estrenos bordados en oro. Su cabeza, desnuda sin distintivo regio, esperando ser coronada en la tierra como la Santísima Trinidad ya lo hizo en el cielo. En la Sacristía, velada por albas blancas, se entreveía la aurea presea de Ramón León. Al pie del altar sitiales reservados al cabildo civil y religioso, a los alcaldes de las ciudad españolas donde esta devoción ejerce su patronazgo y a las madrinas, porque hasta una que siendo cuarenta veces Grande de España se postraba ante su dulzura.

La cruz patriarcal sale hacia el altar, se inicia la procesión: acólitos, diáconos, presbiteros, dominicos, el cardenal-arzobispo y hasta el mismo Nuncio de Su Santidad en España. Comienza el rito: Hija de Sión alegrate porque el Señor está en Tí. de pie a tu derecha está la Reina, enjoyada con oro de olfir. Llega el momento cumbre: la Marcha Real anuncia que el instante está por llegar. Un Aleluya de Haendell y una emotiva Salve bastó tras depositar la corona sobre sus sienes para que la ceremonia continuase. Momento aquel de sueños, anhelos y largos años de espera. una devoción de más de cuatro siglos recibía tal distinción por todos esos años en los que la llama de su culto no desapareció. Emoción, lágrimas en los ojos, abrazos y una profunda alegría que emana de todos.

Llegaba la tarde y estrenaba hasta amnto. Unas gotas de agua hicieron que la salida se retrasase. Antes una despedida a otras dos devociones ya coronadas: aquella por la que reinan los Reyes y la de la Antigua. La avenida de la Constitución más que avenida era un río de almas que esperaba a la del Rosario. La Sevilla cofrade y gentes venidos de fuera aguardaban impacientes. Todas las miradas clavadas en una sola dirección: la Puerta de San Miguel para verla salir refulgente y ya coronada. El paso cruza el dintel... Una voz rota por los años gritaba ante el silencio algo que estremecía, el primer viva: ¡Viva la Virgen del Rosario Coronada! Rumbo a las Casas Consistoriales apenas podía avanzar entre el gentío. En el andén del Ayuntamiento le esperaba el homenaje de la muy Mariana ciudad de Sevilla. Tras él, una repentina lluvia la hizo refugiarse en el arquillo.

20 octubre 2006

Llueve


Caen gotas de agua del cielo y salpican mis ventanas,

gotas iguales que esas lágrimas que desprenden nuestros ojos cuando algo nos amarga,

gotas pero que también a veces son de vida: de ella renacen las flores y la hierba cuando empapa la reseca tierra.

Agua y vida, vida y agua, todo ligado y liado...

como las lágrimas a nuestros sentimientos y esas gotas a mis ventanas...

13 octubre 2006

Alatriste

Alatriste si por algo me ha llamado la atención es por la recreación de la época que trata de plasmar. La época de Felipe IV en la que está inmersa la historia, época de claroscuros, tiempo en la que la hegemonía española en el mundo está en juego, ya que comienza el declive del imperio pero cuesta abajo y sin frenos. La corrupción en la administración es más que patente. La sangre de los que de verdad juegan su vida por un proyecto corre por las fronteras mientras un rey que no gobierna se dedica a la caza y a las actrices. Todo en manos de un tal Olivares que es quién lleva las riendas del Estado. El tesoro real cada vez mas decrépito. Las prioridades del gasto pasan antes por la construcción de palacios que por el pago de los soldados de Flandes. Por otra parte la crudeza y impiedad de la Santa Inquisición. La mala leche en el gesto del fraile dominico Bocanegra, magníficamente encarnado por Blanca Portillo, no hace más que significar la realidad de toda la institución. No hay más que escuchar las palabras que le dedica al capitán Alatriste en medio de una oración escudándose en la religión y la ira de Dios.

Otro aspecto a destacar son los escenarios, para mí escrupulosamente escogidos. El Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, palacios de Úbeda, la playa de La Caleta o la ensenada de Bolonia, entre otros. Los ambientes y personajes conseguidos al detalle y con rigor histórico. Las referencias son continuas: Velázquez como pintor, la rivalidad entre Góngora y Quevedo...

Pero si algo me llega son las historias y diálogos entre personajes y lo que subyace de ese fondo y las posibles identificaciones personales. Por un lado los amores imposibles y eternos de Alatriste y Maria de Castro, o de Íñigo de Balboa y Angélica de Alquézar; por otro la admiración-odio de Malatesta y Alatriste.

Hay varias escenas que me he guardado para mí de la película. María de Castro le pide matrimonio al capitán, éste rehúsa por falta de recursos y posibles celos; María le recrimina que no lo hace porque no está enamorado de ella; es en ese momento cuando frente al espejo Alatriste se acerca a ella. Primero le quita el enorme pendiente que se interpone entre ellos, regalo del Rey por la última función, y le espeta al oído: "Tú que sabes lo que pienso". Es ese no saber lo que piensa el otro lo que hace distanciar historias, historias que como vemos en la película llegan más allá de la fatal enfermedad que lleva a la muerte. Es en el hospital de sifílicas donde Alatriste le entrega el regalo con el que pensaba, tiempo antes de que ella iniciara sus amores con el rey, pedirle matrimonio. Allí le dice, mientras le ajusta el magnífico collar de perlas y piedras preciosas con el que soñaba un futuro junto a ellas antes de que el poder real se interpusiera entre ambos, que debía de haberse casado con ella. es cuando pasa el tiempo caemos en los errores o en las posibles consecuencias de las acciones realizadas en el pasado.

La otra historia, la Íñigo y Angélica, es aún más hermosa pero no por ello menos trágica. Todo nació casi desde niños. Él se quedó prendado, ella hizo el resto. Angélica, como azafata de la reina, le busca a Íñigo una plaza en la Guardia Real, de ese modo al ir ascendiendo podrían tener más futuro en una sociedad en la que los matrimonios se conciertan. Íñigo no lo acepta y ella le dice que si no lo hace, para sí ha muerto. De Balboa le propone escaparse a Nápoles y vivir allí su historia. Cuando ésta se decide a escapar con él recibe la noticia por parte de su tío de que ha concertado su matrimonio con el conde de Guadalmedina. Es cuando empieza el dilema de Angélica cuando baja las escaleras del palacio de Jabalquinto de Úbeda. Muchas veces en la vida nos encontramos ante una escalera similar, todo cambia en nosotros si la subimos o si la bajamos. Un paso adelante, baja a prisa para escapar con Íñigo a Nápoles. Frena en seco, en sus oídos resuenan las palabras de su tío "Pero tú serás Grande de España, y tus hijos, y los hijos de tus hijos..." , es esto lo que la frena y no le paraliza: la realidad y el deseo, el amor o el futuro, el hipotecar los días de mañana, el renombre y las posibilidades de medrar o perderlo todo por una aventura de juventud. Pero será algo que le persiga durante toda la vida. Para Angélica no hay palabra que le duela más en el corazón que la llamen excelencia: "La traición es una mancha que no se quita. Judas se ahorcó pero yo no tengo valor. Sólo puedo llorar".

12 octubre 2006

12 de Octubre: España y la Hispanidad

Muchos se quedarán perplejos al ver esta imagen. Sí, son ataúdes. En su interior 4 regios personajes que cambiaron la historia de esta tierra que hoy llamamos España, y que según algunos parece desmembrarse por sus costados.
A un lado: Isabel y Fernando los proclamados Católicos; al otro: Juana, la mal llamada loca y su marido Felipe, el también malnombrado hermoso. Los primeros culminaron en 1492 con la toma de Granada la reconquista, de ese modo aunaron bajo el mismo cetro y corona los territorios penínsulares a excepción de Portugal. Los segundos, con su matrimonio, sumaron a la corona de Castilla los territorios de la Casa de Austria. Las dos parejas fueron reyes de las llamadas entonces Españas: diversidad de pueblos y gentes bajo el poder de la corona hispánica.

Hoy, 12 de octubre se celebra la fiesta nacional, que no son los toros, aunque también se lidian en estos días. Es el día del país, pero no solo de España, sino de toda la Hispanidad.

Varias veces en la historia universal ha sido España el centro y eje de los acontecimientos mundiales. La primera vez fué cuando Roma, la gran civilizadora de pueblos, transcendió los límites de la península itálica y puso las plantas en la ibérica. Entonces España no existía. Existía tan sólo como una realidad geográfica. Pero sus habitantes, los hispánicos, plantaron decidida resistencia. Dos siglos en los que Roma tuvo que enviar sus mejores legiones y sus más experimentados generales. Pero después Hispania hispanizó al Imperio a la vez que éste la latinizaba a ella. Así asimiló lo necesario conservando la esencia que antes la caracterizaba.

El segundo momento en que España ocupa el centro del escenario de la historia universal fué cuando el mundo árabe invade por Occidente Europa. Es entonces cuando un puñado de españoles desde las montañas de Asturias tratan de presentar resistencia e inician desde allí la reconquista que dura ocho siglos. Es en Covadonga donde se guarda la esencia de la cristiandad y de la cultura europea para expandirla hacia el sur. Es esa resistencia la que permite al resto de Europa vivir en paz frente al mundo árabe y la que se hace así misma como nación en su empeño de unidad bajo la fé y el cetro.

El tercer momento llega en los siglos XVI y XVII. La tarea de unificación nacional está culminada. La nación española está configurada y tiene su propia idisosincrasia. Ahora la hispanidad, terminada su labor interna, se expande hacia fuera, sale de sus fronteras, toma en sus manos la dirección del curso histórico y durante dos siglos lleva la batuta en el concierto de la historia universal. España enseña al mundo, en este período de su hegemonía, las tres ideas básicas en que se funda la vida política moderna: la idea del Estado nacional, el modelo de un ejército nacional y la idea del imperio. Desde los Reyes Católicos hasta Felipe IV, España expande por el orbe su imperio universal, establece su predominio en las partes de Europa, dilata sus posesiones por los nuevos mundos, que sus navegantes descubren, circunda la tierra llevando la cruz y su bandera por las comarcas más remotas conquista y coloniza continentes y construye el imperio más vasto que la historia ha conocido.

Hoy en día España y la Hispanidad llena toda una cultura y tradición. Los hablantes del español o castellano, una lengua que aúna fronteras y millones de personas bajo un misma lengua.

07 octubre 2006

Rosario


Bajas porque no te engañan
el tiempo ni el calendario,
mañana de entre los mares
de nuestro propio Lepanto,
saldrá un bajel con tu nombre,
siempre tu nombre en mis labios,
proclamando tu victoria
sobre el dolor y el quebranto.
Un galeón con tu nombre,
como aquellos que cruzando
de puerto a puerta de Indias,
sobre el tenebroso Atlántico,
iban buscando, Señora,
volver de nuevo a tu lado,
y arrodillarse ante Ti,
y darte todo lo hallado,
y buscar una razón
para proseguir luchando.

Francisco Javier Segura Márquez

Del XXVII PREGÓN DEL ROSARIO

05 octubre 2006

El arte de dar vida al bronce

En el Castillo - Museo de Santa Ana de Roquetas de Mar podemos visitar una muestra de esculturas del genial artista avilense Santiago de Santiago. Más de 100 obras nos muestra la evolución en su fructífera carrera: lo más destacado la galería de bustos de personalidades.

Personalidades del mundo del arte, el deporte, la sociedad y la política han sido realzadas por sus manos… Lola Flores …, Espartaco con sus hijas… o Dalí, son sólo algunos de ellos. La Familia Real también ha sido inmortalizada en bronce. Lo más curioso: la infanta Leonor el día de su bautizo…

Santiago de Santiago, un autodidacta que estudió escultura en Francia, Italia y Japón, dejó también para la historia la mascarilla mortuoria del general Franco. Muchas de sus creaciones se encuentran repartidas por todo el mundo.

Transforma en belleza y elegancia la piedra volcánica, el barro, la escayola, o el bronce. El resultado un nutrido e incomparable flujo de creación escultórica, figurativa y abstracta.

03 octubre 2006

Descalzo, con el pie despojado, desnudo y andando...
Pisando, caminando hacia no sé dónde sin un horizonte certero...
Paseando, bajo mis pies la dureza del mundo, los filos de los cantos que aún no han sido rodados...
Sigo andando, como aquel dicho del tonto que termina el camino y sigue el tonto...
Caminando sin camino, con ese que sólo se hace al andar...
Endurecido por las piedras que te encuentras, la piel deja de ser suave...
Herido y sangrante por el desgate de los kilómetros pasados.
Ningún hito kilométrico, ningún mojón de carretera, nada que te oriente, todo para estar más perdido y no encontrar el Norte.
Sigo andando, caminando, marchando, recorriendo, transitando, ciculando, trotando e incluso trajinando...
Pero descalzo, sin protección, vulnerable ante las irregularidades del andar, sin zapato que proteja de la dura piedra ni calcetín que amortigüe los golpes del camino.

02 octubre 2006

Una locura elevada a Dios


El viernes 8 de julio de 1401, al acabar el cabildo que decidió iniciar el actual edificio de la catedral hispalense, uno de los canónigos pronunció una frase que resume bien el espíritu de los sevillanos: "Fagamos un templo tal e tan grande, que los que la vieren acabada, nos tengan por locos".