Cuando me crucé a un zombi por la calle Feria en la noche de Halloween le escuché que espetaba a los viandantes "Dejadme vivir, que estoy muerto". Con estas paradojas y en estos días en los que se celebra a la muerte, bien festivamente, con rituales o la simple ofrenda a los cementerio. Esta pintada callejera nos recuerda que la muerte no es más que parte de la vida. Os dejo la antítesis... ¡Viva la muerte!
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