20 septiembre 2006

Inmigración: un reto

Según los datos, cada vez llegan menos inmigrantes ilegales a las costas andaluzas. El flujo migratorio se está desplazando a las Islas Canarias como primera entrada a Europa. Aunque la cifra global en Andalucía ha descendido, en Almería se ha dado un aumento respecto al año pasado, esto según el Gobierno se explica porque todas las embarcaciones son detectadas gracias a los nuevos sistemas de vigilancia y por tanto son todas cuantificadas. Además la procedencia está variando. España soporta la llegada de inmigrantes cada vez de países de más al sur de África, concretamente aquellos que no tienen acuerdos ni tratados, aquellos con los que la repatriación resulta más difícil.

El famoso “papeles para todos” se ha convertido en un efecto llamada de boca en boca que el Gobierno quiere frenar. España necesita un esfuerzo internacional eficaz y continuado para vigilar las fronteras, ya que la gestión es compartida. No cesa el presidente, no cesa la vicepresidenta de pedir apoyos para deslindar el entuerto. Pero este no es un problema de un gobierno, de un partido o de un color como algunos quieren hacer creer, es un problema de Estado.

Está claro que es necesaria la mano de obra extranjera pero dentro de un orden. La población española está envejeciendo y la llegada debe responder a las necesidades del mercado laboral, y sobre todo a la capacidad de acogida de nuestro país. Si no es así los conflictos sociales cada vez aflorarán con más facilidad. Las escuelas públicas deben afrontar el reto de la integración. A veces, los profesores no están cualificados para ello. Los “sin papeles” que pasados cuarenta días de su reclusión en los centros no son repatriados, según la ley, se ponen en libertad. Aquí otro problema, el trabajar sin papeles. ¿A qué se pueden dedicar? A esto se suma la llegada de menores que no son devueltos sus países de origen y el conflicto entre autonomías sobre su reparto.

En definitiva, la inmigración ilegal es uno de los grandes problemas al que se enfrenta la sociedad española. España, antaño tierra de inmigrantes, es ahora receptora de ellos y tierra de esperanza ante la adversidad de otras naciones.

No hay comentarios: