Hoy he acudido al Parlamento de Andalucía para que el señor Antonio Sanz me vomite sobre el micrófono y frente a cámara qué le parece la fecha del 9 de marzo para las elecciones autonómicas. Entre espera y espera, aguardábamos en el control de entrada, los minutos pasaban y el cámara entabló una conversación con el bedel o conserje o váyase usted a saber la categoría laboral del personaje que recibe tras el mostrador. Lo cierto y verdad es que el debate derivó al buen hombre a proclamar a Sevilla como ciudad provinciana y cateta, teniendo como base de todo ello el sentir tradicional que hacía que cada fin de semana hubiera cinco pasos en el centro... Esta tarde los niños salían a la calle disfrazados de brujas, fantasmas y monstruos. Es la noche de Halloween y por lo que se ve esta tradición anglosajona ha calado con facilidad en nuestra tierra. Con el famoso truco o trato recorren puerta por puerta pidiendo caramelos. La industria cinematográfica estadounidense nos ha hecho muy común esa imagen, tan cotidiana que ya es posible verla por las calles de cualquier pueblo o ciudad de España. Es la cultura del Imperio. Nos invaden. Sin embargo, feria, flamenco, caballo y cofradías: nuestra cultura, nos convierte en provincianos y catetos. (Reflexiones de un bedel parlamentario)
9 comentarios:
Ridículo lo de Jálogüin, ya lo vistoe n mi blog.
Pero también muy ridículo lo del bedel.
Seguro que es de los que cuando ve los toros se escandaliza y la caza del zorro en Inglaterra le parece curiosa.
Un saludo
Me opongo rotundamente, por mas que mi niño me pida una careta de monstruo más reividinco la capa y la espada de Don Juan Tenorio.
Muy bueno tu artículo, por cierto.
Muy bueno, sí señor. Yo no soy muy de jalogüin, y la prueba está en que en lugar de disfrazarme el miércoles y pasar la noche en alguna fiesta, me acosté temprano y me he levantado para ver llegar a la Virgen del Rosario a la Basílica del Gran Poder, donde he tenido el placer de conocerte.
Un abrazo.
Lo del bedel me paerece de muy mal gusto.
Pues por que a el no le guste ni la feria, ni la Semana Santa,y ninguna de nuestras fiestas, por lo menos que respète a los demas que nos guasta.
Muy bueno el articulo.
Un Saludo
Esta serie de personajes son los que después estan en contra de la globalización.
Tampoco soy yo de esta "fiesta"??? No me gusta nada de nada.
Por cierto el bedel ese mejor que se vaya a trabajar a otro pais que sea menos provinciano y cateto, un lugar sin raices ni tradiciones, sin historia ni antepasados, un sítio vacio de todo.
Yo tampoco soy de esta fiesta, auque haya hecho una entrada comentándola y demás, pero es una cosa que está ahí cada día más presente.
Yo me apunto a lo tradicional, a lo de to la vida, a lo nuestro, que tenemos mucho y mu bueno.
Querido amigo:
Bueno, muy bueno, de lo mejor que te he leido.
La catetada es abrazar lo foráneo olvidándote de lo propio, pero de esta "fiesta", hay dos cosas en particular que creo dignas de estudio casi de una tesis), a saber:
1.- ¿Por qué curiosamente en Europa cada vez se celebra menos y aquí al contrario?.
2.- ¿Por qué van tanto anti-yanqui y anti-globalización vestido de payaso la noche del 31?.
Un abrazo.
¿Entonces quien vomitó más: el bedel o Sanz?
Pues al final vomitó el bedel y yo tuve que hacer un ejercicio de autocontrol para que no me bloqueen la puerta para proximas visitas parlamentarias...
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