Y lo sacó del armario...

Se sorprendió al encontrarnos a la salida del ayuntamiento. ¿Qué hacéis aquí? Nunca Televisión Española ha venido a ninguna convocatoria de ningún grupo municipal - Nos espetó algo contrariado. Acababamos de recoger las declaraciones del portavoz de la oposición respecto a la imputación del alcalde por injurias al rey. Y parece que eso no le había sentado bien al señalado. En fin, lo saludamos y salimos de aquel atolladero a espera de nuestra cita en Cádiz.

Ya en el palacio de la Diputación, José Antonio Barroso estaba más cálido en el trato, sin embargo bromeaba con las de prensa sobre nuestra extraña visita al PP portorealeño. Barroso nos condujo a su despacho en el que destacaban en una esquina, apelmazados unos junto a otros, pinturas y poemas de Rafael Alberti. En una esquina y en lugar destacado, y si el visitante no se percata ya se encarga él enseguida de señalar, su retrato de boda apadrinado por el mismisimo Fidel Castro. Toda una declaración de principios antes de empezar a dialogar.

En la media hora que pudimos conversar sobre su imputación, Barroso dejó claro, y argumentó muy bien su postura; hasta tal punto que llega casi a convencer. Todo lo que expone, o todo lo que acusa, dice, ya está escrito en libros de libre circulación. Uno de ellos es Juan Carlos I, el ultimo Borbón de Martínez Inglés o El negocio de la libertad de Jesús Cacho. Barroso se cuestiona el porqué en una democracia el rey está blindado por la Constitución. Es inviolable, incuestionable o incluso incalificable, nos recuerda. Su delito es de opinión, contra la libertad de expresión, y eso en un sistema democrático es intolerable, indica. Se pregunta que de dónde viene su fortuna, si llegó con una mano delante y otra detrás, o porqué todo el mundo aplaude que le regalen un yate o le acoten una playa en Mallorca. Dice Barroso que vivimos una realidad de papel cuché y que si la Corona no tuviera el blindaje mediático que tiene sería incapaz de aguantar el tirón por sí sola porque señala que lo que menos es, es ejemplar. Del rey hizo un recorrido por sus antecesores que los tildó de felones y traidores de la patria. Advierte que ha llegado el momento de que se sepa la verdadera responsabilidad del rey en el 23F. De todo este revuelo mediático no se sorprende Barroso, aunque está al tanto de todo lo que se dice o pública. Delante nuestra nos leyó los titulares de los principales periódicos. También sintoniza la radio. Le molestó que Carlos Herrera dijera que sus manifestaciones sobre el rey son productos de una comida que mantuvo el alcalde con el embajador de Venezuela, en una clara campaña contra el rey orquestada después del famoso ¿Por qué no te callas? Barroso dice que es íntegro y que sus declaraciones son fruto del mismo discurso que repite desde hace años. A José Antonio le hubiera gustado que se archivara la causa, pero como ésta sigue su curso se siente orgulloso porque es una buena ocasión para generar el debate de monarquía versus república. Dice que sentará en el banquillo simbólicamente también a Don Juan Carlos, ya que su proceso, para él, es un proceso contra el mismo sistema democrático. Al preguntarle por el retrato oficial del rey que preside todos los despachos oficiales de la administración y que en este caso no está en el suyo. Se levanta firmemente y nos dice que sí está. Abre el armario y de espaldas a la pared alli lo guarda. Un gesto más de su animadversión por la Corona. Cuando terminamos la entrevista nos recordó que el protagonista era él y esperaba que no le dieramos cancha a oportunistas, en clara alusión al portavoz del PP de Puerto Real.

El alcalde portorealeño ha sido llamado a declarar por la Audiencia Nacional a petición de la Fiscalía por un presunto delito de injurias a la Corona. Los hechos se remontan al 16 de abril de este mismo año. En un acto de exaltación de la República, el edil llamó al Rey corrupto e hijo de crápula. El juez Grande Marlasca ha estimado que estos hechos son consecutivos de delito y por ello el caso sigue su curso.