17 abril 2007

La torre de Pedro I el Cruel


Este es el aspecto que presentaba la Torre del Oro en la época del rey Pedro I el Cruel. En la última restauración acometida en 2005 se llegó a esta conclusión. El segundo cuerpo, de ladrillo y planta hexagonal que posee decoración cerámica en cintas verdes recuadrando los arcos, databa del siglo XIV. Fue el rey castellano quién lo mandó construir. Ya en la noche de los tiempos se pierden las leyendas sobre el uso que el monarca daba a la torre. El más extendido era el refugio para las damas que cortejaba. El romance más sonado fue el de doña Aldonza, hermana de María Coronel, que espera al rey en la torre. Su esposa, María de Padilla, aguardaba mientras tanto en el Alcázar.

El primer cuerpo fue levantado en época almohade en 1220. Se trataba de una torre albarrama para defender el puerto de Sevilla. Cuentan que una cadena cerraba el paso a la navegación. Ésta uniría la Torre del Oro con otra torre en la orilla trianera. Después pasó a ser capilla y hasta prisión. El tiempo no corría en valde y en el siglo XVI hubo que realizar obras de emergencia justo cuando Sevilla se convirtió en puerto y puerta de Indias. El terremoto de Lisboa también hizo mella en su estructura. El asistente Marqués de Monte Realse planteó íncluso la demolición para ensanchar el paseo. El pueblo llegó hasta al mismo rey pidiendo el indulto de aquella torre, testigo de tantos siglos de historia de la ciudad. Es en 1760 cuando se arreglan los desperfectos y se añade la linterna superior para que fuera faro del puerto. Un nuevo movimiento popular logró que la torre no se derribara cuando los revolucionarios de 1868 la pusiron a la venta para aprovechar sus materiales de construcción.

Actualmente depende del Ministerio de Defensa, concretamente de la Armada. Su interior alberga el museo naval. Su silueta, en continuo maridage con el Guadalquivir, es una estampa típica que ha dado la vuelta al mundo.

4 comentarios:

Alberto Ramírez Jiménez dijo...

¡¡¡¡Qué bien se te da el photo shop!!!!

el aguaó dijo...

Vamos por puntos y partes:
- Lo primero y ante todo: enhorabuena por el blog, es extraordinario y me ha gustado mucho.
- Lo segundo, que sepas que eres bienvenido siempre que quieras a mi humilde blog, que será tu casa cuando tu gustes y desees.
- Lo tercero. Es un auténtico milagro arquitectónico, histórico y artístico. Cuando buscas imágenes de Sevilla en Internet, como es lógico, la Giralda ocupa un primer papel protagonista, pero la Torre del Oro le sigue muy de cerca. Es bonito saber como los sevillanos la protegieron ante Monte Realse primero y ante los revolucionarios después... que desgraciadamente sí acabaron con la mayoría de las Puertas y Murallas de Sevilla.

Un fuerte abrazo.

Ro dijo...

Cómo echo de menos yo sevilla!!! ains!!! Un beso, feo..

Les Corts dijo...

Querido Raúl:

Enhorabuena, gracias por la gran lección que nos has dado sobre esa, en el fondo, gran desconocida. Yo en cambio, como sevillano, no hablaría de Pedro I el cruel, sino de el justiciero. Dicen que después de Olavide, fué el mejor alcalde que tuvo la ciudad.
Un abrazo