Inspirada en la edificación más emblemática de la ciudad, los arcos de herradura y la labor de sedka han acercado un poco la Giralda al Real de la Feria. La portada de este año, ni ha sorprendido ni ha defraudado, ha pasado como una más. Al igual que esta feria del centenario bético. Una feria que Antonio Burgos tilda de decadente en alguno de sus artículos de estos días. Bien es verdad que la loperiana idea de los farolillos verdiblancos han deslucido un poco el panorama no por los colores, sino por la falta de previsión. Las calles han estado bastante deslucidas al no reponerse los farolillos tras la lluvia, algo que más que al Betis compete al Ayuntamiento, que bastante tiene ya con medio inaugurar a marchas forzadas antes de las elecciones municipales. Dicen que cada vez queda menos para que el traslado de la Feria al Charco de la Pava sea una realidad, un traslado que nos dará sin duda alguna una feria distinta. Si los que conocieron la feria de antes cuentan que la feria de los Remedios no es ni la sombra de lo que fue la feria del Prado de San Sebastián... Miedo tienen algunos de ver que clase de parque temático nos espera en la feria del charco de la pava, una feria ya del siglo XXI inmersa en la construcción de un sueño y de la ciudad de las personas en la que a los sevillanos les gusta poco eso de las setas y de las pieles sensibles de nuestro ayuntamiento.
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