28 febrero 2006

26 años de la conquista de una autonomía

Se cumplen 26 años del referéndum donde se pedía un Estatuto de Autonomía para Andalucía. Un cuarto de siglo es justo lo que muchos consideran el periodo de un paso generacional. Aquellos que vivieron aquellas apasionantes jornadas en pos de una Andalucía descentralizada y más dueña de sus designios viven y rememoran aquellos días con una pasión, viveza y actualidad que sólo confiere el ser testigo de la historia. Muchos de los andaluces de hoy no tienen conciencia de lo que supuso aquella lucha por la autonomía. Muchos nacimos tras aquel 1980 y son pues estas bodas de plata el momento idóneo para mirar atrás, revivir aquellos días con todo lo que suponía y analizar lo sucedido en esa parte de nuestra vibrante historia, justo ahora cuando los movimientos estatutarios están a la orden del día. Recordar lo vivido supone una proyección para los que allí no estuvimos. Es una forma de atraernos a aquella conquista que hoy disfrutamos y de la que algunos no somos conscientes.

La Constitución de 1978 permitió dos tipos de comunidades autónomas, cada una con poderes diferentes. Cataluña, País Vasco y Galicia estaban definidas como “nacionalidades históricas” y utilizaron una vía más simple para alcanzar la autonomía. El proceso para otras regiones fue más lento y complicado. Es el caso de nuestra tierra.

Andalucía constituía una realidad social muy grande. Por su potencial no admitía el procedimiento 143. UCD tampoco quería que fuese aceptada como una comunidad histórica accediendo pues a la autonomía por el procedimiento 151. Pascual Maragall dijo el pasado año que en España hay tres nacionalidades históricas más trece autonomías y que Andalucía era un caso aparte. De hecho no se equivoca. Andalucía era un caso diferente que no cabía en aquellos rígidos procedimientos. Por ello su lucha fue más dura. Andalucía no se conformaba con el procedimiento más lento y demandaba la misma consideración que Cataluña, País Vasco y Galicia.

En su camino no han sido pocos los obstáculos encontrados. El gobierno de la época intentó por todos los medios encauzar la autonomía andaluza por la vía lenta y con menores competencias. Asimismo inició una campaña publicitaria a favor del NO o de la abstención. El censo presentó incidencias por sus continuas deficiencias. Los fondos económicos para la celebración del referéndum fueron pocos y no transferidos a la fecha pertinente. Fue necesaria la búsqueda de otras fuentes alternativas como créditos bancarios. Por si fuera poco la pregunta fue larga y de oscura y rebuscada redacción. El SÍ precisaba de la aprobación de la mayoría absoluta en todas y cada una de las ocho provincias. Almería se descolgó de los resultados afirmativos. Pese a todo se consiguió.

Andalucía se ha construido en estos 26 años con su propio estatuto en dueña y señora de sus propios designios hasta donde le ha sido posible dentro del marco constitucional y de un Estado de Derecho. Andalucía anda con paso seguro, pero un pueblo como el nuestro necesita incluso más velocidad. En los próximos años se requiere un nuevo ritmo pero depende de todos nosotros. Una nueva oleada de espíritu andalucista debe cubrir nuestra tierra para conseguir más por ella y por nosotros mismos.

3 comentarios:

Raúl Ramírez dijo...

Soy Licenciado en Periodismo

Anónimo dijo...

Me ha encantado el articulo. Siempre tan profesional y apasionado con tu trabajo. Bea

Anónimo dijo...

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