
El ángel confortador ha sido la imagen más utilizada para escenificar y simbolizar el diálogo con el Padre que tuvo Jesús en el Huerto. Es en Getsemaní cuando Cristo se siente más humano porque siente tristeza y desesperación ante el sino que presiente. Tanto es así que llega a sudar sangre: la hematidrosis, un trastorno muy excepcional en la que un ser humano suda sangre. Sólo ocurre cuando la persona sufre de un elevado nivel de estrés, ansiedad o debilidad, por ejemplo, cuando se acerca el momento de su muerte. Es entonces cuando aparece el ángel que porta la cruz y el cáliz como símbolo de su pasión. Antaño en Monte-Sión también acompañaba la escena una palmera que significaba el martirio próximo.
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