Candelaria

Candelas y antorchas pululan por la calle, negras sombras, ancestrales ritos paganos que el cristianismo camufló con la fiesta de la Purificación de Jesús.

La festividad de la Candelaria en Gines tiene un sentir íntimo y familiar. La patrona, Nuestra Señora de Belén, baja del altar para acercarse a su feligresía en la fiesta de la Presentación de Jesús en el templo. Al mismo tiempo a la Santísima Virgen se le presentan los niños nacidos y bautizados en el año anterior. Cabe destacar que el Niño de la Virgen de Belén viste las galas propias de cristianar.

El próximo domingo tendrá lugar la salida procesional por las calles del pueblo. La Virgen de Belén es el centro de la religiosidad ginense sí caemos en la simbología. Es por ella por quien viene Jesús al mundo y en la Parroquia se celebran las tradicionales jornaditas. También es la Virgen de Belén quien en la gloriosa tarde del Domingo de Resurrección anuncia que su Hijo ha vencido a la muerte. Es por tanto la patrona el eje del año litúrgico pese a ser el pueblo eminentemente rociero.

La imagen de la Virgen es anónima estando ejecutada su hechura entre finales del siglo XVII o principios del XVIII. En 1990 el templo sufrió un incendio en el que la Imagen quedó parcialmente dañada. Fue el profesor Miñarro quien la restauró. Además de la titular de la parroquia de Gines, la Virgen lo es de la Cofradía de la Vera-Cruz.