Chipiona amanecía como un día cualquiera. Sus calles eran las mismas, las gentes y sus quehaceres los de siempre. Regla sale a la calle a comprar al mercado y José coge su motillo para trabajar en el campo. La calle Isaac Peral, o calle Sierpes para sevillanos veraneantes, con su trasiego típico y su vendedor de camarones y almendritas, como cada tarde al fresco. Todo igual. Pero era primero de junio, hacía una año exactamente que el corazón de la chipionera más universal había dejado de latir. La aldea global en la que vivimos, el universo mediático que nos debora, hace que el mundo de la imagen engrandezca lo cotidano. En Chipiona no había pasado nada. Flores ante un difunto y una misa a la que asiste su familia. Este hecho se sobredimensiona cuando se habla de Rocío Jurado y las televiones crean el escenario de la noticia. Despliegue de cadenas nacionales, varias conexiones en directo a lo largo del día y para diferentes programas fueron creando el ambiente de la jornada. El cementerio de San José nunca había tenido tantas visitas como en este último año, tanto es así que la vecina más próxima al camposanto ha plantado allí su negocio de ventas de rosarios con la imagen de la Virgen de Regla. En el centro del humilde cementerio está enterrada Rocío Mohedano Jurado. Hoy una carpa blanca cubre el enterramiento pero pronto habrá un mausoleo. Flores, muchas flores y ramos, también centros rodean la sepultura, tantas que impresionan. A las doce del mediodía su viudo traía unos centros con unas sencillas notas de cariño. Uno de los tomateros contaba las últimas nuevas desde este rincón gaditano. El encargado del cementerio contaba que los días uno de cada mes en la puerta amanece una cesta de rosas blancas anónimas para Rocío y es que el mito se engrandece aún más con el tiempo. En el cementerio a las cuatro de la tarde habría unas veinte personas. Por la tarde telecinco y antena tres se afanaban en sus directos contando la misa por ese aniversario. El ayuntamiento de Chipiona, muy previsor, puso vallas en la plaza e íncluso la policía local controlaba los accesos a la Parroquia de la O. Fuera de la Iglesia tampoco había mucha gente. Pero la televisión había creado el escenario para contar que Chipiona se había entregado, aunque sólo fueran unos curisos los que esperaban en la puerta. Pero será el próximo 18 de septiembre cuando el cosistorio prepare los grandes fastos, porque para el primer edil chipionero, la fecha crucial para el pueblo fue el nacimiento de la más grande. De allí partió a buscar suerte con ocho mil pesetas y una maleta, y cuando triunfó jamás olvidó su cuna y propagó el nombre de Chipiona y de su Virgen de Regla por todo el mundo. Pronto verá a la luz en esta localidad gaditana el Museo Rocío Jurado, que me presumo a aventurar se intalará en el castillito. Será un homenaje a la chipionera más universal y se constituirá como otro referente turístico y cultural a sumar a esta tierra del moscatel y de la clavellina, donde la memoria de Rocío seguirá tan fuerte y alta como ese faro que desafía a los vientos y los mares desde su privilegiado balcón atlántico.
Tumba de Rocío Jurado en el Cementerio Municpal de San José en Chipiona (Cádiz)
En la Parroquia de la O se celebró la misa en memoria al cumplirse el primer aniversario al que acudieron numerosos rostros conocidos.
Los muros de Mi abuela Rocío, chalet de la artista en Chipiona, se han convertido en un verdadero libro de firmas.
En la Parroquia de la O se celebró la misa en memoria al cumplirse el primer aniversario al que acudieron numerosos rostros conocidos.
2 comentarios:
MUY BUENO EL ARTICULO
Descanse en Paz
"..A la que un día fué la más grande..."
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