Avatares del destino me impiden seguir como cada viernes de Cuaresma con la selección que tenía preparada del libro antológico de Paco Robles. De esta forma voy a completar con fragmentos de pregones de Semana Santa que me hayan dejado huella. En este caso Carlos Herrera, en su pregón pronunciado en 2001, se fija en la forma de morir Cristo en Sevilla, concretamente en Triana. El expirar del Cachorro.
Expiras. Y mueres. Y no acabas de morir. Y en el Museo vives otra tarde en la muerte curvada de tu figura y en el Patrocinio vuelves a vivir para volver a morir.
Te veo venir de lejos
Y ya estoy viendo venir tu muerte
Me voy a tu encuentro
Pausadamente
Como tantos, absortos, perplejos.
Qué solo estás Cachorro, con tanta gente
Qué solo en tu cortejo.
A quien estás llamando con los ojos
Si solamente un viento te acompaña
Que se da mucha más saña
En aventar tus despojos
Que en calmarte la agonía
Que está dejando vacía
Tu mirada de congojo.
Te veo venir desde lejos
Y no sé si son tus ojos
Los que están mirando al cielo
O es el cielo que es tan viejo
que le ha puesto a tu reflejo
una pena y un desvelo
Y si estás muerto ¿por qué te siento?
Si no vives, ¿quién me habla?
De quién son esas palabras
Que caídas de una cruz
Me cortan como un lamento
Con ese sagrado acento
De Jesucristo andaluz?
Eres Dios o eres madera?
Eres hombre, eres cualquiera?
O eres solo primavera
Que Triana a su manera
No ha dejado que muriera?
No lo sé ¡Si yo supiera!
Sabría que hacer con mi pena
Con tu agonía, tu quebranto
Y con el duelo Y la condena
De morirte siempre tanto
Sabría que no te me mueres
Que nunca mueres Cachorro
Que esta entre mis menesteres
Seguirte hasta donde eres Cristo,
mi Fe y mi socorro
Y entre tanto yo me asomo
A tu puente y lo recorro
De la duda al abandono
Tu te estás muriendo a plomo
Cachorro de Dios, Cachorro.
Y ya estoy viendo venir tu muerte
Me voy a tu encuentro
Pausadamente
Como tantos, absortos, perplejos.
Qué solo estás Cachorro, con tanta gente
Qué solo en tu cortejo.
A quien estás llamando con los ojos
Si solamente un viento te acompaña
Que se da mucha más saña
En aventar tus despojos
Que en calmarte la agonía
Que está dejando vacía
Tu mirada de congojo.
Te veo venir desde lejos
Y no sé si son tus ojos
Los que están mirando al cielo
O es el cielo que es tan viejo
que le ha puesto a tu reflejo
una pena y un desvelo
Y si estás muerto ¿por qué te siento?
Si no vives, ¿quién me habla?
De quién son esas palabras
Que caídas de una cruz
Me cortan como un lamento
Con ese sagrado acento
De Jesucristo andaluz?
Eres Dios o eres madera?
Eres hombre, eres cualquiera?
O eres solo primavera
Que Triana a su manera
No ha dejado que muriera?
No lo sé ¡Si yo supiera!
Sabría que hacer con mi pena
Con tu agonía, tu quebranto
Y con el duelo Y la condena
De morirte siempre tanto
Sabría que no te me mueres
Que nunca mueres Cachorro
Que esta entre mis menesteres
Seguirte hasta donde eres Cristo,
mi Fe y mi socorro
Y entre tanto yo me asomo
A tu puente y lo recorro
De la duda al abandono
Tu te estás muriendo a plomo
Cachorro de Dios, Cachorro.
FOTO: ROBERTO VILLARICA
1 comentario:
Pedazo de pregón el de Herrera, de los que pasan y ya ha pasado a la historia de los mejores pregones de Sevilla. Mezcló lo tradicional con la innovación de la guasa sevillana.
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