18 marzo 2008

Detalle IV: Los aires de Roma

Como dijo Joaquin Caro Romero en su pregón de Semana Santa:

La torre de Omnium Sanctorum

está mirando hacia Roma,

y en la calle Anchalaferia

ya hay plumeros que la adornan.

Roma toma posiciones

y Sevilla las remonta,

que por la Paz llega el Carmen

a imponerse a la carcoma.

Lo va diciendo Jesús

Despojado por Varflora;

y a continuación lo dice

el Cristo de la Victoria;

y las Penas de Triana

por San Jacinto y Rioja;

y lo dice la Amargura

con su Silencio en la Europa,

y San Gonzalo al pasar

por la avenida de Coria.

Y Longinos en el Cerro

y en la Lanzada alevosa.

El ultraje en San Esteban

lo va diciendo con mofa.

Y San Benito lo dice

por la Puerta de Carmona,

que el barrio de la Calzada

no tiene miedo a la loba,

ni el águila macarena

teme a la flecha o la honda.

La Bofetá en la Gavidia

echa a volar las alondras,

mientras que los Panaderos

y la Exaltación escoltan

en el Huerto y el Calvario

a la muerte y la derrota.

En el Buen Fin disolvieron

a la cohorte pretoria,

pero no en las Cigarreras,

que acarician lo que tocan,

mientras que dos Esperanzas

ponen su pena barroca

detrás de los condenados

que de noche y día enamoran,

que el Sentenciado, el Caído,

dan alegría redentora

cuando suena la trompeta

de la Centuria gloriosa

y la emoción de Triana

sube del pecho a la boca

con el gozo del Caballo

y el centurión que lo monta.

Y al llegar la Madrugá,

más movimiento de tropa

con los hombres de la berza,

del pescao y de la recova.

Vienen de la Encarnación

y son donantes de rosas.

El agua para Pilato,

la sed para Claudia Prócula.

Todo en el aire lo dice,

que todo está en la memoria,

en el suelo que pisamos

y en la cruz que da su sombra.

Sin saber dónde comienza

Sevilla o acaba Roma.

Pero Sevilla lo explica

de cincuenta y nueve formas,

que es en todas las esquinas

de su pasado la copia.

Sevilla lo expresa así,

de penitente y anónima,

o con penacho de plumas,

coraza, rodela y gola.

Y así propaga su fe

y santifica su historia,

dándole al César lo suyo

y a Dios lo que más importa,

con el cirio en una mano

y el Evangelio en la otra.

2 comentarios:

Híspalis dijo...

Un pregón para leer y leer sin cansarte... felicidades por la entrada.

ANDRÉS dijo...

Preciosa estampa de unos de mis misterios favoritos de la S.Santa hispalense. Enhorabuena por las fotos, a seguir así,;)