Esta basílica madrileña ha vivido de todo a lo largo de su historia. Cuenta la tradición que en sus inmediaciones un santo, el propio San Francisco de Asís, plantó una choza en su peregrinar hacia Santiago. Aquella choza del siglo XIII deribó a ermita y más tarde a convento franciscano. La remodelación ilustrada madrileña de Carlos III la quiso hacer basilica. Varios proyectos de planta circular y gran cúpula. Fue Sabatini, el mismo que realizaba el Palacio Real, quien la culminó en 1776. Desde entonces ha pasado casi de todo por allí. En ella se han celebrado numerosas celebraciones de la corona. Con la invasión francesa el general Murat se acuarteló entre sus muros. El rey Pepe Botella la quiso convertir en Salón de Cortes. También sufrió las desamortizaciones. Su uso va desde hospital hasta un proyecto para hacerlo Panteón Nacional. En 1926 Alfonso XIII cede el edificio nuevamente a los franciscanos y en la década de los 60 se consagra a la Virgen de los Ángeles, es entonces, cuando Juan XXIII la convierte entonces en basílica menor. Por sus proporciones y diseño artístico bien puede ponerse al lado de las grandes iglesias romanas. Su cúpula domina el horizonte madrileñó desde el Manzanares. Ya Goya dejó constancia de ello en su cuadro La pradera de San Isidro. Para los amantes del cuore hay que apuntar que en ella contrajo matrimonio en 1974 el torero Francisco Rivera, Paquirri, con Carmen Ordoñez.
1 comentario:
Ciertamente Sabatini hizo un proyecto genial, del que sobresale sin duda su cúpula y esa fachada a dos alturas con arcos de medio punto sobre los que se abren vanos rectos, y todo dominado por la línea curva. Se nota ya como el Neoclásico y el academicísmo le gana la partida al Barroco y al Rococó
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