ENERO: Año de nieves, año de bienes. Y así ha sido. Las nevadas en Almería me regalaron esta imponente visión de Tahal.
MARZO: El puente y sus conductores. En un abrir y cerrar de ojos el ser o no ser. Sin embargo no hay mal que por bien no venga.
ABRIL: Ensoñación de Jueves Santo. El agua nuevamente dejó a Sevilla sin Rosario. Día distinto, extraño y raro que comenzó frío en la Alameda.
MAYO: Luces de pente - costés. El rosario de vengalas anuncia la llegada a la pernocta en Lópaz.
JUNIO: Sevilla por Velázquez. Una ciudad se vuelca por la adquisición de un cuadro. Y lo consiguió...
JULIO: Vigilando Upper Rock. Un viaje al Peñón nos traslada a lo singular de una colonia británica en nuestro propio país.
AGOSTO: Hotel Ilegal. El despropósito de los politicos paraliza un hotel que no ha crecido con un chaparrón como las setas.
SEPTIEMBRE: ¿Qué somos una mierda en un punto del mapa? Era el grito desesperado de Almuñécar ante la riada.OCTUBRE: La flor de los Fajardo. La comarca de los Vélez me impresionó para despedirme
NOVIEMBRE: La resistencia de una ocupación. El colectivo Casas Viejas echó un pulso que acabó con muy mala prensa.





















De bronce eterno pende, 






A medio camino entre Granada y Murcia, en el norte de la provincia de Almería, se alza la comarca de los Vélez. Tierras pobladas desde antiguo, de inmensa riqueza cinegética, de gran valor paisajístico, donde la gente del pueblo dice que lo mejor que tienen es el agua que rebosa por todas las fuentes. Desde lo alto, el castillo vigila el devenir de las gentes en lo que fue capital de los estados de los Fajardo.






